Tecnología para salvar al turismo este verano

La desescalada también llega a las zonas turísticas que miran con temor cómo caen sus números, las semanas pasan y las fronteras siguen cerradas. A partir de julio se da el pistoletazo de salida al turismo extranjero y España, según los últimos datos de reservas, sigue siendo el destino preferido por los vecinos del Viejo Continente.
Sin embargo, la llegada del SARS-CoV-2 ya provoca que no se elija el destino más barato, sino el más seguro y, sobre todo, que tenga flexibilidad en las reservas ante un posible rebrote de Covid19.

«La flexibilidad y la seguridad marcarán además del precio la decisión final del consumidor en la toma de decisión este verano respecto a su destino de vacaciones o selección de espacios de ocio», señala Alberto Grande, responsable del Área de Innovación en Paradigma Digital.
La tecnología se presenta como una aliada en la definición de espacios seguros este verano. Todos los sectores se han adaptado a la realidad del día a día que llega tras la irrupción de la Covid-19.
A los controles de los pasaportes y DNI en los aeropuertos, ahora habrá que sumar otros tantos para vigilar temperaturas corporales altas en los pasajes. «La tecnología también puede desempeñar un papel clave como parte de la experiencia del aeropuerto, donde las tecnologías biométricas, de cámara y de visión por computadora podrían combinarse para rastrear a los pasajeros a través del aeropuerto», apuntan los expertos de Paradigma Digital.

Pulseras para vigilar la distancia

Los gadgets chivatos también llegan al turismo. La Catedral de Santa María del Fiore (Duomo) es el primer complejo de museos del mundo que ejecuta el uso de collares de distancia social para sus visitantes. El dispositivo parpadeará, vibrará y emitirá un sonido suave cuando un visitante camine accidentalmente a menos de dos metros de otro, indicando que está demasiado cerca.
Esta medida, ya está siendo usada en muchos puestos de trabajo para proteger a los empleados y vigilar la distancia física entre ellos.
Fitbit ha anunciado que creará pulseras que detecten los síntomas de la Covid-19. La compañía, propiedad de Google, trabaja junto con investigadores de la Universidad de Stanford para desarrollar algoritmos capaces de detectar posibles síntomas de coronavirus.
En el caso de Proxxi, su sistema busca otra pulsera similar y si está a menos de dos metros automáticamente vibrará. Las pulseras siempre están activas y son anónimas ya que, según la firma canadiense, no envían ningún tipo de información ni localizan al usuario.

Turismo virtual

«Los avances en realidad aumentada y extendida pueden establecer un puente que acorte el distanciamiento físico, dotando a la comunicación digital de un cierto sabor analógico y sensación de cercanía que tanto echamos en falta». En este apartado, España ya ha dado un paso adelante.
En este caso, Arkikus ha desarrollado un billete al pasado con los smartphone. Un viaje al pasado es gratuito y disponible para Android e iOS, una ventana al pasado que «ofrece a las personas la oportunidad de experimentar el estado original del patrimonio arqueológico de una manera nueva e inmersiva», explica Gonzalo Álava, director comercial de Arkikus.
Su herramienta permite recorrer el Castillo de San Vicente en La Rioja, el Convento de Santa Catalina en Álava y ha reconstruido las calles de Vitoria-Gasteiz en 1850. Un paseo más actual es el que ha conseguido la ciudad alemana de Herrenberg, al suroeste de país.
Esta localidad germana ha digitalizado cada uno de sus lugares emblemáticos para permitir a los turistas recorrer de forma virtual a través de la realidad aumentada y su hermana la virtual sus monumentos e iglesias.
A ello se suma el uso de robots para minimizar el riesgo de contagio. «Este sistema está siendo usado por algunos establecimientos de ocio para asegurar la prestación de un servicio como recoger pedidos y distribuir consumiciones en el caso de bares, pero pueden tener aplicaciones más complejas incluso y ser programados para prevenir el contagio», apunta Grande.
En España, el bar La Gitana Loca situado en la Cuesta del Rosario cuenta en estos días con un robot camarero que sirve las cervezas a los clientes evitando el contagio por la Covid-19.
Tecnología española desarrollada por la hispalense Macco Robotics. El robot tiene unas ruedas y está pensado para que funcione en la terraza. Se paga habitualmente con tarjeta, porque dispone de un lector de DNI para comprobar si el cliente es mayor de edad.
Aunque, también existe la posibilidad de usar a estos androides para vigilar la pandemia. «Robots antiepidémicos, se utilizan hoy por ejemplo en Ruanda para administrar controles de temperatura, monitorear el estado del paciente y mantener registros médicos de pacientes con COVID-19» apunta el responsable del Área de Innovación en Paradigma Digital. «Estos robots de alta tecnología tienen la capacidad de detectar de 50 a 150 personas por minuto, entregar alimentos y medicamentos a las habitaciones de los pacientes, capturar datos y notificar a los oficiales de guardia sobre las anormalidades detectadas», sentencia.
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