¿La red 5G realmente puede afectar la salud y al medio ambiente?

¿Quién regula exposición a la radiación emitida?

La Comisión Internacional sobre Protección contra Radiaciones no Ionizantes (ICNIRP por sus siglas en inglés), es una organización no gubernamental. Es reconocida por la OMS y su función es fomentar la protección contra la radiación no ionizante (RNI) en beneficio de las personas y del medio ambiente.
Sus directrices incluyen revisiones a aplicaciones como tecnologías 5G, WiFi, Bluetooth, teléfonos móviles y estaciones base. El doctor Víctor Rangel Licea reitera que de acuerdo con la ICNIRP “el campo electromagnético que producen los sistemas 5G no llegan a ser dañinas para la salud, porque no llegan a modificar el ADN o a causar daño celular”. 
Al respecto, Juarez Mujica señaló que en México, el IFT publicó el 25 de febrero los “Límites de exposición máxima para seres humanos a radiaciones electromagnéticas de radiofrecuencia no ionizantes”, en la disposición 007. 
Este documento incluye los límites a exposiciones de radio y televisión, y se basó  en los límites propuestos por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, que a su vez consideran las recomendaciones de la ICNIRP. “México está conforme a la experiencia y mejores prácticas internacionales”, señaló. 
Destacó que es importante “considerar que en un escenario de crisis sanitarias como el que estamos viviendo ahorita, las telecomunicaciones son aliadas. La cuestión es cómo aprovechamos esta tecnología en diversas áreas en la parte de agricultura, educación y en la parte misma de salud puede verse beneficiada por el empleo de tecnologías, incluyendo a las red 5G”.

¿Existen pruebas o estudios que demuestren algún efecto negativo de esta la Red 5G en la salud o en el medio ambiente?

Rangel Licea de la Facultad de Ingeniería explica que la emisión de radiación de la red 5G está muy por debajo de la recomendación internacional y para poder causar un daño es necesario que se toque una antena de 5 a 8 horas diarias por varias semanas, pero ni siquiera los ingenieros que hacen sus trabajos de mantenimiento  se exponen a eso.
“La sociedad no debe preocuparse por esta situación porque los niveles de radiación son muy bajas”, asegura.
El doctor Víctor Manuel Rodríguez Molina, académico del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM coincide: “Los factores importantes son: que tanto me mantengo afectado, cuando tiempo y con qué intensidad y por el otro lado que tanto efecto va a tener en mis tejidos”.
Rodríguez Molina explicó que “en la naturaleza existen diferentes ondas de este tipo, no con las mismas características. Por ejemplo, la exposición al sol nos está exponiendo a diferentes frecuencias”.
“Las ondas (incluidas la 5G) aumentan la temperatura de las células y los radicales libres, que son una serie de moléculas que a la larga pueden matar a las células y alterar su ADN”, explicó. 
De acuerdo con los estudios científicos desarrollados hasta este 25 de abril, “no hay pruebas de que la Red 5G cause daño. No hay evidencia que apunte a que todo el aumento de cáncer o desajuste en la naturaleza deriva de ahí (redes de telefonía móvil)”.
Sin embargo, señala que tampoco podemos asegurar que son inocuas, pues todavía no se realizan estudios científicos con el rigor necesario para estudiar todas las posibilidades de exposición.
Pero hasta ahora no hay estudios científicos que prueben que la exposición cotidiana a los campos electromagnéticos de baja intensidad tenga efectos sobre la salud (como la Red 5G). Hecho que según Maldito Bulo ha sido ampliamente investigado en unos 25,000 estudios científicos en los últimos 30 años. 
“La OMS concluye que teniendo en cuenta los muy bajos niveles de exposición, hasta el momento, no hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de RF procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud”, señaló la Cofepris.

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