‘Eye tracking’, así funciona esta tecnología de seguridad para conductores
La demanda creciente de una experiencia más digitalizada conduce a las firmas del sector a incorporar en sus automóviles una mayor oferta tecnológica. Según varias investigaciones, el 76% de estas empresas invierten en tecnología emergente.
Una de las tecnologías que ya se incluye en algunos modelos es el ‘eye tracking’ (seguimiento de la mirada ), que se está utilizando ya en muchos ámbitos de la vida, con diferentes aplicaciones. De hecho, algunos estudios internacionales apuntan a que el mercado global de‘eye tracking’ crecerá un 27,4% anual hasta 2025.
La tecnología de seguimiento ocular se usa en los sistemas de monitorización del conductor. Con el objetivo de crear vehículos cada vez más seguros, la combinación entre el reconocimiento facial y la tecnología de seguimiento ocular permite obtener información sobre la atención del conductor, su nivel de alerta y la concentración al volante. El objetivo es que el coche pueda generar avisos en caso de necesidad.
Además, esta tecnología es muy útil en las pruebas de seguridad de los nuevos vehículos. Gracias a los mapas de calor que se generan, con los que se descubre hacia dónde dirige la mirada el conductor, se pueden identificar los elementos que causan distracción o estados de alerta durante la conducción.
Este sistema también tiene un rol importante en posibles interfaces controladas mediante la mirada, así como en los sistemas de realidad aumentada, que podrán darnos más información de aquello que estemos mirando.
Fabricantes de software - como la española Irisbond - o marcas como Lexus, Jaguar, Subaru, BMW, Tesla, Mercedes-Benz, Ford, Volvo y Volkswagen ofrecen también esta tecnología a sus clientes tanto para desbloquear el vehículo como para detectar expresiones faciales y movimientos de cabeza que indican un inicio de fatiga o cierta somnolencia.
¿Y cómo funciona? Todo se basa en el seguimiento de la mirada. La tecnología de Irisbond se compone de un dispositivo externo que emite luz infrarroja en forma de destellos sobre la córnea del usuario. El sistema está conectado a un ordenador, y la combinación de algoritmos y programas de control permiten realizar un seguimiento de la mirada.
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